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Limones: arranca una cosecha con calidad pero luz roja en la cantidad y con problemas impositivos y

Desde la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino advirtieron que las retenciones siguen golpeando la competitividad de la actividad citrícola.

 

La Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (ACNOA) advirtió que, a poco de empezar la cosecha fuerte de limón, a pesar de que las plantaciones están con óptima calidad, habrá una producción menor del cítrico en la región producto de una campaña que tuvo complicaciones climáticas. Además, afectan las retenciones, la quita de los reintegros a las exportaciones, y los elevados costos de producción.Según estimaciones de la propia ACNOA (que con 200 a 250 asociados representa el 95% de la producción de la región), la molienda de limón para la campaña 2019/20 será de 1,1 millones de toneladas, una caída respecto, por ejemplo, de 2018, cuando se cosecharon 1,8 millones de toneladas, todo un récord.El número estimado para esta campaña deja a la producción por debajo de la media que se dio entre 2009 y 2017 que fue de 1,44 millones de toneladas (y cerca del mínimo de 953.000 en 2014), según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.“Lo que complicó a las plantaciones fueron las elevadas temperaturas de octubre y noviembre, junto con una reducción en las precipitaciones”, evaluaron desde ACNOA. Y agregaron: “Si hablamos de fruta fresca, la calidad es superior con respecto a la campaña anterior, estimamos enviar unas 300.000 toneladas a los mercados más exigentes”. Sin embargo, habrá que ver cómo evolucionan las plantaciones en otoño.

Vale recordar que la Argentina es el segundo exportador de limón del mundo, después de España. Dependiendo la calidad del producto y la época del año, un 75% de la producción tiene destino industrial, un 8% va a consumo interno y un 17% se exporta como fruta fresca. La Argentina es el segundo exportador mundial de limón. después de España. Dependiendo de la calidad del producto y la época del año, un 75% de la producción tiene destino industrial, un 8% va a consumo interno y un 17% se exporta como fruta frescaEl consumo local ha oscilado desde 1,5 kilos por habitante por año (kg/hab/año) en 2008, a 0,7 kg/hab/año en 2011 y 3 kilos en 2017. En 2019, producto de la recesión, el consumo volvió a caer y costó colocar la producción en la plaza local.Los cítricos no vienen de una campaña fácil durante 2018/2019. Y para 2020 tendrán también que sortear un escenario complejo en lo económico. “Los insumos para producir y exportar se mantienen en dólares generando un costo extra frente a la campaña anterior, hay una fuerte suba en el precio de los fletes y resta saber de cuánto será el ajuste salarial del año que se establecerá mediante la negociación paritaria que está en curso”, analizaron desde ACNOA.

El efecto de las retencionesOtra cuestión que sigue afectando la competitividad del sector citrícola son las retenciones vigentes, que son del 5%, un combo poco amigable junto a la eliminación de los reintegros a la exportación, que, según ACNOA, “generan una presión asfixiante hacia toda la actividad en un marco insostenible de carga de impuestos locales, provinciales y nacionales”.Además, advirtieron que un caso especial es el de la cáscara deshidratada de limón que tuvo una suba de retenciones del 5% al 12% del valor FOB. “Esta situación, sumada a la baja en el valor del producto en el mercado de los últimos años, hace inviable su comercialización por no cubrirse los altísimos costos de producción”, señalaron desde ACNOA.Como corolario, también remarcaron que “el sistema obliga a las empresas a depositar las retenciones en un plazo de 72 horas de presentado el permiso de embarque, generando una deuda a tasas de interés intolerables para adelantarle dichos fondos al fisco dado que los ingresos de esa exportación recién se registran a los 60 días, en el mejor de los escenarios”.En 2019, el presidente de ACNOA, Pablo Padilla, ponderó la apertura de nuevos mercados como Estados Unidos (se exportaron 10.000 toneladas en 2018, se esperaban 20.000 para el año pasado), India y Vietnam, más otros en juego como México o Brasil, que se suman a destinos tradicionales como Unión Europea y Rusia. Aunque comentó: “Si estas aperturas no son acompañadas por políticas que le den competitividad al sector, el esfuerzo va a ser estéril porque si no somos competitivos no vamos a poder vender”, decía hace unos meses Padilla.

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