La Ivermectina, el antiparasitario de uso animal que se transformó en una esperanza para combatir el
En momentos donde la pandemia del coronavirus se expande por todo el mundo ocasionando resultados lamentables para la salud humana, en los últimos días se conoció la noticia sobre un trabajo dirigido por la Universidad de Monash en Melbourne (Australia), junto al Peter Doherty Institute of Infection and Immunity (Doherty Institute), el cual ha evidenciado en cultivos celulares que un medicamento antiparasitario, denominado ivermectin y disponible en todo el mundo, es capaz de matar al coronavirus en 48 horas.
“Hemos descubierto que incluso una sola dosis podría eliminar todo el virus a las 48 horas y que, además, a las 24 horas se produce una reducción realmente significativa”, revelaron los investigadores, cuyo trabajo fue publicado en la revista Antiviral Research.
En la Argentina se conoce como ivermectina y está conformado por una mezcla 80/20 de avermectina B1a y B1b. En la actividad veterinaria se utiliza, generalmente por vía inyectable y en menor medida por vía oral, para combatir las garrapatas, sarna y nematodiasis, en equinos, bovinos, caprinos, ovinos, suinos, caninos y felinos.
Pero también es utilizado en la medicina humana, en forma de comprimidos para el tratamiento de algunos procesos provocados por parásitos y en forma de crema para el tratamiento de la rosácea.
A partir de este estudio en Australia, empezó a circular en diferentes ámbitos del mundo agropecuario la opinión de Carlos Lanusse, profesor de Farmacología Veterinaria de la Universidad del Centro, Investigador Superior del Conicet.
Durante muchos años, Lanusse ha estudiado a la ivermectina, y ante el informe realizado en Australia, sostuvo: “La idea es poner cautela detrás de un enorme drama por el que atraviesa el mundo. Hay que tener expectativas medidas y nos tenemos que acostumbrar a convivir con la cuarentena y al aislamiento obligatorio, y lo demás vendrá en el futuro. Todo esto hay que tomarlo con mucha precaución, y es muy importante que desde la investigación en veterinaria se pueda brindar una respuesta a la salud humana”.
En la actualidad, el especialista es Director del Centro de Investigación Veterinaria de Tandil (Civetan). El mismo funciona en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la mencionada ciudad bonaerense, y tiene una pertenencia tripartita: la Universidad del Centro, el Conicet y la Comisión de Investigación de la provincia de Buenos Aires. En este centro funcionan diferentes laboratorios, y en esta emergencia por el coronavirus hay virólogos que están haciendo diagnósticos a la par del Instituto Malbrán y de otros centros de la ciudad de Mar del Plata.
Lanusse, en la entrevista que concedió ayer al portal Infosudoeste, también comentó que desde el laboratorio en farmacología veterinaria, en el cual trabaja desde hace tiempo, se lleva adelante la tarea en muchos fármacos de uso veterinario y el potencial que tienen los mismos para que sean utilizados en la medicina humana. “Esto en el mundo se llama el reposicionamiento de viejas drogas para nuevos usos. Esto llegó de la mano en los últimos 10 a 12 años de los altos costos que significa el desarrollo y la aprobación de nuevas moléculas para introducir en el mercado, tanto veterinario, agronómico y humano”, expresó.
En este contexto la ivermectina, una molécula muy noble, que ha dado una respuesta enorme al tratamiento antiparasitario de los animales, “es un fármaco que tiene condiciones farmacológicas excepcionales y que hace 40 años que está en el mercado, y donde en los últimos 10 años se empezó a estudiar su potencial en otros usos, entre ellos el antiviral. Hay varios trabajos previos al realizado en Australia, que la muestran como un fármaco muy capaz de inhibir la replicación de varios virus a concentraciones elevadas”, sostuvo Carlos Lanusse.
Investigación
A partir de estos trabajos preliminares, los especialistas australianos lograron en una determinada concentración in vitro, es decir en un laboratorio o en una placa o en tubo de ensayo, y sin un animal de por medio, que la ivermectina demuestra inhibir rápidamente en 24 y 48 horas la replicación del coronavirus.
“Conocemos mucho de la ivermectina enfrentando a los parásitos, pero no la conocemos enfrentando a un virus en el organismo. Entre un parásito, un virus y una bacteria, son agentes biológicos de distintas patologías. Y ese es el gran desafío científico del momento, de poder encontrar una cantidad de ivermectina para tratar un paciente enfermo con coronavirus, y que sea capaz de lograr concentraciones en el tracto respiratorio donde está mayoritariamente localizado el coronavirus, y que esa cantidad de droga pueda inhibir la replicación del virus en vivo, es decir en el pulmón de un infectado”, dijo Lanusse.
Y agregó: “Esta es una oportunidad que aparece como algo razonable, en un momento de desesperación a nivel mundial por encontrar algo que frene la pandemia. Es razonable, porque la ivermectina ya está probada para el uso de medicina humana, y no es lo mismo empezar con un agente químico que nadie conoce y para tratar pacientes tenemos que pasar por varias fases de aprobación. Tenemos una ventaja relativamente importante: la droga ya existe para el uso humano para el control de los parásitos. Indudablemente esa dosis es insuficiente para poder eliminar el virus”.
Y a partir de ahí, habrá que ensayar, según sostiene Lanusse, de qué manera se puede incrementar la dosis para lograr más cantidad de ivermectina y llegando al tracto respiratorio para poder inhibir la replicación del coronavirus, sin que eso sea una dosis tóxica para el paciente que recibe el tratamiento.
Por último, en relación a cómo la ivermectina puede inhibir el coronavirus y sobre qué actúa, Lanusse expresó: “Esa es la pregunta que nos hacemos todos aquellos que tenemos una formación biológica. El mecanismo por el cual la ivermectina mata un parásito es diferente al mecanismo por el cual podría interferir con la replicación del virus. Son cosas distintas, pero tienen en común la gran capacidad de la ivermectina de meterse adentro de las células e inhibe un transportador de la partícula viral al interior del núcleo de las células de los mamíferos”.