Agroquímicos: cómo fue la discusión y qué se definió en el Concejo de Rafaela
A partir de los 50 metros en el periurbano se podrán utilizar productos biológicos; con más controles y con la aprobación del proyecto de Cambiemos, se comienza un nuevo tránsito en la producción de la ciudad, que no pierde espacio pero si se abre a alternativas hasta 2025.
En Rafaela, son los últimos días en el Concejo Municipal antes del cambio de conformación, pero no de la mayoría opositora. En este contexto se dio un debate de casi cuatro horas en el sexto piso del Palacio Municipal, a sala llena, con productores presentes, pero también con personas que adhieren a la ONG "Amigos de la Vida".
Con la ausencia del concejal Raúl Bonino de Cambiemos, se habilitó el voto al presidente del cuerpo, Germán Bottero y con el sistema de debate libre se escucharon a todas las voces.
El órden del día, que luego siguió con otros temas hasta el inicio de la tarde, propuso en el inicio de la mañana que sea el proyecto inicial del oficialismo, por promoción de la concejal Brenda Vimo, que sea el primero en tratarse.
La médica propuso la exposición de un video donde se abundó en el concepto “agrotóxicos”, con ejemplos de otras ciudades, imágenes que no se correspondían con prácticas o situaciones de Rafaela, aunque su exposición alguno entreverada propuso un planteo de “equilibrio entre la salud, el ambiente y la producción”.
"No estamos en contra de nadie, estamos en contra de una sustancia o de muchas sustancias, que no se tergiverse”, sostuvo en nombre del bloque oficialista que no logró el apoyo del intendente, Luis Castellano, ni de ninguno de los funcionarios del Ejecutivo local, aunque tampoco de la provincia de Santa Fe, a pesar de pertenecer al mismo signo político.
Un discurso confuso se fue tratando de hilar con muchas falencias técnicas, llegando incluso a increpar a cada uno de los concejales o a quienes no se manifiestan a favor de su idea, llegando a enunciar que todos estarían así en contra de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Sin haber incorporado criterios nuevos, con una postura férrea en la prohibición de aplicaciones hasta los mil metros de la última construcción de la ciudad y mil metros más con restricciones, la concejal no consiguió explicar el motivo puntual por el cual aplicar semejante medida en la ciudad.
No se presentó prueba o caso que pueda justificar semejante situación que dejaría improductiva a Rafaela. Es más, en ningún momento pudo abundar en conceptos claros o propuestas que realmente sean una alternativa productiva para 4.800 hectáreas, en los que se incluyen diez tambos, y cientos de puestos de trabajos, directos e indirectos.
Su exposición terminó centrándose en “la salud de nuestros niños”, sin embargo presentó números de aumento de consultas en los consultorios del Hospital Jaime Ferré que se han triplicado, al igual que las internaciones por cáncer. Sin embargo, no hubo detalles sobre las causales de las enfermedades, ni los diagnósticos de tales casos.
La confusión de la exposición fue tal que en un momento se daba por sentado que los fitosanitarios eran considerados por la oposición como productos “no tóxicos”, sobre lo cual nunca nadie se manifestó de tal manera.
Refirió que muchos productores “se sintieron agredidos”, por su forma de plantear la iniciativa, sin embargo “reconozco la necesidad que tenemos de la producción, pero el mundo está cambiando y progresivamente tenemos que darle un lugar a otros modelos. Destaco el amor que tienen los productores por el campo, lo reconozco, lo valoro, pero no por eso puedo obviar que ese modelo tiene que ir cambiando progresivamente, con la suma de voluntades y de distintos estamentos del Estado, hay un mundo posible”.
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