Cosechadoras: qué variables considerar a la hora de comprar
Al momento de adquirir una máquina de este estilo es necesario tener en cuenta: cabezal, sistema de regulación sencillo y kit de agricultura de precisión.
Quien compra maquinaria agrícola, más allá de la marca, del color o de la prestación, sólo busca dos aspectos claves: reducir costos y aumentar sus rendimientos. Pero para que esas condiciones se den hace falta un gran asesoramiento y análisis de puntos críticos a evaluar. A medida que avanza la tecnología se debe agudizar más el ojo clínico.
En este sentido, Expoagro Digital YPF Agro, es una interesante plataforma de consulta que permite observar, comparar y analizar digitalmente los diferentes equipos antes de tomar la decisión de compra. Hernán Ferrari, del Grupo Mecanización Agrícola EEA INTA Concepción del Uruguay, brindó una serie de recomendaciones a la hora de adquirir una cosechadora.
Según el especialista, dentro del universo de cosechadoras, lo primero a elegir es el cabezal y esto se hace en función de lo que se va a cosechar. Si se va a optar por una cosecha gruesa o fina se puede elegir entre dos opciones: un cabezal Draper o un cabezal con tornillo sinfín.
El Draper tiene costo más elevado que el sinfín, pero si se trata de un contratista que requiere de más rentabilidad, sin dudas elegirá un cabezal Draper. Todo depende de la función productiva que se cumpla y lo mismo ocurre con el cabezal maicero.
Si se cosecha en campo propio se optará por un cabezal fijo y no por uno que permita cosechar en varias direcciones y líneas, porque no tiene sentido tanto gasto.
Otra condición importante es que las cosechadoras tengan un sistema de regulación sencillo en cuanto al sistema de cabezal, de trilla y de limpieza, porque si no se regula bien vendrán los problemas de pérdidas de cosecha.
En efecto, si se opta por regulaciones eléctricas e hidráulicas es mucho mejor ya que podrán ser controladas desde un monitor o joystick en la cabina.
Además, hay que pensar en un kit de agricultura de precisión ya que es cada vez más requerido. Por ejemplo, un mapa de rendimiento es el puntapié inicial para comenzar con un proceso de este tipo, el cual puede precisar rendimiento punto por punto, humedad y pesaje del grano, evaluando que tenga un buen sistema de distribución de rastrojo y granza en la cola de la máquina, porque si la cosechadora no logra distribuir bien esto en todo su ancho de cabezal luego quedará una zona con mucho o poco rastrojo y cuando deba pasar la sembradora se comprobará un porcentaje menor de rendimiento.
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