El despertar de las mujeres
Marta Fischer forma parte del Grupo de Mujeres de Cambio Rural El Despertar y analizó las tareas desarrolladas a lo largo del año. Explicó también su rol en el campo, acompañando la tarea familiar.
Marta Fischer está casada con José Norberto Schell, tiene tres hijos (dos mujeres y un varón), seis nietos, y se crió en el campo, ayudando a sus padres como tractorista y con la agricultura. “Seguimos con mi marido, que también se dedica a actividades rurales. No lo hacemos en campo propio, pero sí hacemos arrendamientos”, comentó. “Tengo mi campo en la zona de Puiggari, pero mi esposo tiene un galpón de herramientas a cinco kilómetros de Ramírez”, agregó.
“Mi marido con mi hijo de 35 años hace trabajo de trilla, de siembra, en campos arrendados. Es ya un emprendimiento familiar, así lo entendemos. Mi hijo hizo la primaria, no quiso hacer el secundario porque decidió irse a trabajar al campo con su papá. Después se arrepintió, descubrió que no era fácil trabajar en el campo, pero ahora ya aprendió todo lo necesario, arregla las cosechadoras, entiende de herramientas, de la tecnología que va apareciendo, y va adaptándose”, recordó.
Día del cooperativismo
En relación al día del cooperativismo, celebrado en julio de este año, explicó que fue organizado por el Grupo de Mujeres El Despertar junto al grupo de jóvenes de la cooperativa, con la temática “El juego cooperativo”.
Dijo que “Fueron convocadas y participaron veinte escuelas de la región, tanto del campo como de la ciudad. Había un concurso fotográfico explicando a través de las fotos qué significaba el movimiento cooperativo para ellos. Participaron 250 chicos y se seleccionaron 12 fotos que fueron premiadas y que serán parte del próximo calendario de Cooperativa La Ganadera. La idea surgió entendiendo que los chicos hoy están mucho tiempo con el teléfono celular, saben sacar fotos, es algo que les interesa, y eso es importante. Fue una experiencia linda y enriquecedora”.
“En lo personal, me reconforta participar de todo lo que se viene haciendo, porque siempre se aprende algo nuevo, y siempre se puede enseñar algo nuevo, transmitir nuestras experiencias y lo que implica trabajar en el campo. Me pasa no solo con los jóvenes, sino en lo familiar, con los nietos por ejemplo. Algunos se van enganchando, otros no, pero todo es parte de la vida misma”, analizó.
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