Impacto y consecuencias de la resistencia a fungicidas de patógenos de semilla
El fitopatólogo Marcelo Carmona (FAUBA) habló en el marco del 1º Congreso Argentino de Semillas sobre la resistencia a fungicidas de algunas simientes.
Destacó que “muy pocas veces se ha relacionado a las consecuencias del origen de la resistencia con el rol de la semilla infectada, a pesar de que se sepa que la semilla constituye el agente más eficiente de diseminación y supervivencia de los patógenos”.
El especialistas de la FAUBA expuso en el marco del 1º Congreso Argentino de Semillas, realizado en modalidad virtual los días 3 y 4 de noviembre, y que estuvo organizado por la Asociación de Laboratorios Agropecuarios Privados (ALAP) y co-organizado por la Fac. de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
En su trabajo, titulado “Impacto y consecuencias de la resistencia a fungicidas de patógenos de semilla”, destacó que “la resistencia a fungicidas es el resultado de la adaptación evolutiva de un hongo a un fungicida. Algunos casos de resistencias de patógenos de semilla y/ o habitantes del suelo fueron originados casi exclusivamente por el uso de moléculas en semillas. Sin embargo, y muy frecuentemente, la resistencia está enfocada principalmente sobre el impacto de la pérdida de la eficiencia de control de campo y las consecuencias sobre la vida útil de los fungicidas foliares. Muy pocos trabajos han relacionado las consecuencias de este origen de la resistencia con el rol de la semilla infectada”.
Frente a la situación, resaltó una serie de consecuencias de este tipo de resistencia en las semillas. “Es sabido que la semilla constituye el agente más eficiente de diseminación y supervivencia de los patógenos. Por lo tanto, como primera consecuencia, una semilla infectada es capaz de introducir una cepa resistente de un patógeno que antes no estaba en un lote”.
Como segunda consecuencia, detalló que “una vez confirmada la resistencia a un fungicida de un patógeno foliar que infecta también a la semilla, este fungicida también será ineficiente como tratamiento de semilla”.
Finalmente, como tercera consecuencia, remarcó “la necesidad de replantear las moléculas que serán usadas como tratamiento de semilla y su frecuencia de uso, no sólo para lograr la erradicación y evitar la introducción de cepas resistentes, sino también para minimizar el riesgo de la ocurrencia de futura resistencia”.
Ante esta problemática, el profesional de la Facultad de Agronomía de la UBA enfatizó en la necesidad de una “gestión colectiva de la resistencia” que considere las implicancias del rol epidemiológico de la semilla infectada en un escenario productivo cada vez más amenazado por esta problemática.
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