top of page

La bajante del Paraná le resta valor a la harina de soja argentina

El subproducto cotiza 22 dólares debajo del brasileño. La bajante es ahora la más importante desde 1944 y las proyecciones son dramáticas hasta enero.



El río Paraná, vía fluvial clave para el transporte de cultivos en Argentina alcanzó en las últimas horas el nivel más seco desde 1944, lo que ha hecho que los compradores recurran a Brasil, su vecino y rival.


Como consecuencia, el diferencial entre las primas pagadas por los envíos de agosto es ahora el más amplio del que se tenga registro, por lo que los importadores ahora asignan a la harina de soja argentina un valor aproximadamente US$22 por debajo del de la harina de soja de origen brasileño.


Emergencia histórica

El Paraná descendió dos centímetros en las últimas 24 horas frente al puerto de Paraná, se mantiene con una altura de -14 centímetros (debajo del nivel del mar), es la peor situación hídrica detectada desde 1944, y esperan que se acerque a esos registros y hasta podría superar esa emergencia histórica.


La bajante actual mantiene al río lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en julio (3,10 metros) de Paraná; ya superó las marcas de 1971 (0,50 metros), las de 2020 y 1970 (0 metros), y hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor que la actual.


Ese año el río marcó -1,40 metros frente a Paraná, al igual que en Diamante (-1,38), Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).

El Instituto Nacional del Agua (INA) indicó que persiste una “perspectiva al 30 de septiembre netamente desfavorable, con probabilidad cierta de extenderse en los subsiguientes cuatro meses, por lo menos”, es decir, hasta enero del 2021.

Además, espera que para el próximo 20 de julio descienda hasta -30 centímetros (debajo del nivel del mar) en la capital entrerriana, informó Télam.


En Diamante, la altura del río bajó cuatro puntos hasta los 13 centímetros, por debajo de los 2,40 metros del límite de aguas bajas y de los 2,91 metros promedio para esta época del año, y 1,30 metros menos que el 6 de junio pasado.


En La Paz, el río Paraná bajó y alcanzó los 30 centímetros, 1,50 metros menos que hace un mes, muy por debajo de los 3,20 metros de límite de aguas bajas y de los 4,08 que la Prefectura Naval Argentina (PNA) registró como promedio entre 1996 y 2020.


Para esa ciudad entrerriana, el INA espera que la altura “continúe disminuyendo gradualmente” hasta alcanzar los 22 centímetros a fines de julio, pero aseguró que “podría descender hasta los -5 centímetros”.


En tanto, en Victoria el río se mantiene estable con un metro de altura, lejos de los 2,60 metros que marcan las aguas bajas y de los 3,5 metros que tenía allí el río Paraná tan solo tres meses atrás, el 13 de abril.


Además, el INA espera un promedio para el mes de julio de 0,95 metros para ese puerto, 2,86 por debajo del nivel mensual promedio desde 1996 y 1,14 metros inferior al promedio de julio 2020.


El INA apuntó que julio será “especialmente crítico, con afectación de todos los usos del recurso hídrico”, principalmente en la “captación de agua fluvial para consumo urbano”.


Además, espera impactos en “las tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales”, problemas en “la navegación fluvial, fauna íctica, estabilidad de márgenes” y una “exposición a incendios en márgenes e islas”.


“Esto genera mucha preocupación, es una bajante histórica que impacta en el agua potable y esto es lo más urgente que hoy nos ocupa, además de lo ambiental”, dijo días atrás el gobernador Gustavo Bordet, y precisó que está “en contacto permanente con todos los intendentes” de la vera del río.


Bordet afirmó que “claramente hay un cambio climático, fundamentalmente en las nacientes de los ríos con la deforestación, y con un cambio en los suelos y en los sistemas de cultivos que modifica las condiciones ambientales”.


El secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, afirmó a Télam que la bajante “impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores que viven de eso”, registrando “el cupo de exportación más bajo de los últimos 15 años”.


Fuente: Telam

Etiquetas:

Comments


bottom of page