La compraventa de campos cayó 20% el mes pasado y alcanzó el nivel más bajo del año
Son datos de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales. El efecto de la incertidumbre política y económica, y la falta de una política agropecuaria que genere previsibilidad al sector.
En noviembre pasado, la compraventa de campos presentó una caída abrupta del 20% producto de la incertidumbre que provocaron las últimas elecciones legislativas y la falta de una política agropecuaria favorable por parte de la gestión de Alberto Fernández para actividades como la ganadería y la producción de granos. Además, el valor de la tierra rural en la Argentina mantiene desde hace meses una tendencia descendente, mientras que en Estados Unidos, Paraguay y Uruguay, los valores inmobiliarios suben.
Según la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), el índice de la entidad del mes pasado se ubicó en un valor de 29,66 puntos de actividad para el sector inmobiliario rural, con una caída del 20% contra octubre último, y fue el nivel más bajo en lo que va del presente año. Los efectos que impulsaron estos datos, fueron las elecciones de medio término, versiones de mayor intervención en los mercados agropecuarios, y la falta de políticas económicas claras y certeza futura. Todo esto con un tipo de cambio inestable posterga inversiones y los vendedores optan por aguardar el curso de los acontecimientos, a partir de la renovación en el Congreso de la Nación.
Al respecto, el presidente de la Cámara de Inmobiliarias Rurales, Juan José Madero, manifestó a Infobae que, “en el último mes relevado por la entidad se registró una involución en el mercado inmobiliario rural: esto era de esperar en el marco de las elecciones de medio término, con un escenario político bastante turbulento, donde hubo un parate importante. Así la actividad se ralentizó aún más”.
El titular del CAIR comentó que la inversión en campos se retrae en tiempos políticos, y hasta económicos, donde el mercado aguarda un panorama más claro, ya que actualmente no hay definiciones entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional sobre un posible acuerdo, a lo que hay que agregar que el Gobierno del Frente de Todos no cuenta con el Presupuesto para el 2022. “Esto plantea incertidumbre, y la inversión se retrae”, dijo Madero.
Y agregó: “Durante el 2021 vivimos una actividad inmobiliaria rural con tono discreto, ya que nunca logramos llegar a los 40 puntos para el índice CAIR. El año vivió subas y bajas, y una tendencia de serrucho. Por ello, el parate resulta más notorio. Hoy los datos obtenidos muestran que la actividad presentó en octubre su nivel más bajo del año. Todo esto da cuenta del ambiente de frialdad y estancamiento que ofrece el negocio inmobiliario rural”.
La actividad inversora se centró en la compra de lotes agrícolas y también campos mixtos, y en menor medida para la opción de la ganadería.
Además, los informes recabados por la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales mostró que la actividad inversora se centró en la compra de lotes agrícolas y también campos mixtos, y en menor medida para la opción de la ganadería. Allí las ofertas se fueron concretando por un monto por debajo de los 2 millones de dólares. “En un mercado moderado, sigue habiendo consultas, y el tono es muy selectivo”, admitió el referente de la Cámara.
Valor de los campos
La CAIR relevó además que el valor de lo campos mantuvo una tendencia de baja en el último año, y sin poder reducir más posiciones, se consolidó un nivel de amesetamiento, solo apoyado por el estímulo que logró aportar el buen nivel de precios que reportan los granos en el mercado internacional y también los precios cárnicos. Todo esto en un segmento inversor donde se impone una actitud selectiva para las ofertas que se hacen. En la CAIR, ya descuentan que con el ingreso de los meses de verano, donde decae la oportunidad de cerrar nuevos negocios.
Atento a los valores internacionales de la tierra rural, Madero comentó que “hemos notado que el valor de la tierra para la producción agropecuaria en la Argentina ha bajado. Y hoy está en una meseta cuando vemos que en el Cinturón Maicero de Estados Unidos, en Illinois, la hectárea se paga hasta 28 mil dólares, allí ha subido. En Uruguay, hay un repunte y un alza del 15%, con valores de entre 7 mil a 8 mil dólares en las márgenes del Río Uruguay. Incluso en Paraguay, hay valores estables, en unos 2.500 a 3.000 dólares, pero también con una tendencia alcista”.
“Hay una tendencia global de suba en los valores internacionales de la tierra, mientras que en la Argentina, con precio de 13 mil dólares en la zona núcleo, estamos con un sistema casi inverso, por cuestiones domésticas”, concluyó Madero.
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