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La sequía sigue provocando daños a los cultivos de verano y complica también a la ganadería

La sequía sigue provocando daños a los cultivos de verano y complica también a la ganadería.



La falta de lluvias y altas temperaturas que se registran por estas semanas en el interior productivo, complican a las diferentes actividades agropecuarias, especialmente a la agrícola y ganadera.


Sin embargo, hay expectativa por los pronósticos de precipitaciones para los próximos días en la región pampeana. Hay que recordar que el actual contexto que vive la Argentina, también se refleja en Brasil, Paraguay y Uruguay, y tiene su impacto en los precios internacionales de la soja y los cereales.



En su informe semanal, los especialistas del Instituto de Clima y Agua del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) proyectan lluvias para el lunes próximo, que en cantidad de milímetros que podrían caer beneficiarían a las provincias de Entre Ríos y Santa Fe.



Hasta el momento, en lo relacionado a la afectación de los cultivos de la campaña agrícola, el relevamiento del INTA señaló que el maíz y el girasol son los más complicados, ya que una gran parte de la región pampeana se encuentra en situación de sequía, y en zonas del centro y norte de La Pampa, noreste de Buenos Aires y sur de Córdoba hay reservas regulares de humedad en los suelos.



Por su parte, el informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario reflejó que “el maíz evidencia un importante impacto debido al déficit hídrico que fue aumentando en área a lo largo de diciembre y enero”, donde las precipitaciones de la semana pasada fueron deficitarias. En ese sentido, toda la provincia de Entre Ríos se encuentra afectada por sequía, con productores que el pasado sábado en la asamblea de Armstrong advirtieron que el 80% del maíz sembrado en ese territorio, se encuentra en un estado de regular a malo.



Lotes de maíz en Córdoba afectados por la sequía.

Además, creció en Santa Fe el área con déficit hídrico, y en Córdoba hay cambios importantes, aunque permanece la situación deficitaria en el centro y norte de la provincia. Por otro lado, Buenos Aires en su totalidad presenta condiciones de humedad escasa o deficitaria, y en La Pampa, predomina la categoría de almacenaje escaso.



A todo esto, el Prosecretario General de Confederaciones Rurales Argentinas, Juan Pablo Karnatz, dijo que en su provincia, Santiago del Estero, se atraviesa la sequía más grande de los últimos 30 años, condiciona los rendimientos de los principales cultivos agrícolas y aleja la posibilidad de las cosechas récords previstas. Pero además advirtió que la problemática está provocando que falte agua en el dique, se cortó el agua en algunas zonas, e inclusive hay canales con ausencia de agua. Es decir una situación que va más allá de los menores rendimientos que se van a cosechar en la presente campaña de cultivos de verano.



“Hoy una vaca que tomaba 50, 60 litros por día, tiene un requerimiento de 100 litros, además de la sombra. También agregó que hay falta de forraje porque el pasto se quema al igual que la alfalfa, y es un grado muy complejo en la situación que se vive sobre todo en Santiago del Estero”, agregó el dirigente de CRA.


Ganadería

El informe del Mercado Ganadero de Rosario (Rosgan) sostiene que la sequía y las altas temperaturas no solamente afectarán el escenario en el corto plazo, sino que también condiciona aún más la capacidad de recuperación de oferta ganadera para los ciclos venideros.



En este sentido, en zonas del norte del país ya realizan destetes anticipados con el objetivo de aliviar a las vacas en lactancia, y también se está registrando salida a muchos vientres sin posibilidad de subsistir en un contexto como el que se está atravesando. “Esto no solo redundará en la obtención de terneros más livianos, sino que, de generalizarse, podría determinar una zafra menos concentrada en los meses pico. Ante los elevados precios que registra el ternero, es esperable que el criador tienda a desprenderse de otras categorías de hacienda, reteniendo la invernada, lo que podría llevar a una zafra aún más aplanada de lo que se vio en los últimos años”, comentó María Julia Aiassa, especialista del Rosgan.



Y agregó: “Esta seca no solo puede seguir presionando al alza el precio del grano, sino que también, de prolongarse como se prevé hasta finales de marzo, podría terminar agotando anticipadamente la oferta forrajera disponible, así como las reservas programadas para transitar el invierno. Este efecto, de concretarse, recién se vería plasmado en el mediano plazo, siendo la alternativa que con menor urgencia adoptaría el invernador, pero que sin dudas se reflejará en una menor terminación de la hacienda. Si bien a nivel zafra de terneros no se espera una situación tan restrictiva como la vista el año pasado -donde se perdieron más de 650 mil animales- tampoco se espera una variación significativa en número de terneros destetados”.



En este contexto, el Rosgan planteó que el presente año no se transformará en el período donde comenzará a recuperarse el nivel de oferta. En el largo plazo, proyectando las zafras de 2023 y 2024, se observará una importante restricción en el nivel de oferta. Los servicios que aun hoy se están dando en muchas zonas ganaderas, sin dudas se verán afectados por este contexto climático. Aiassa explicó, por último, que el desafío es lograr sostener o incluso mejorar las tasas de procreo y posterior destete, algo que en el último año solamente alcanzó el 62% y en los últimos 10, apenas logra promediar un 63%.


“Mejorar esta base, sin dudas permitiría, amortiguar mucho más los efectos adversos a los que nos exponen años como los actuales, en lo que el factor climático juega su gran partido. Este, claramente, debe ser uno de los principales objetivos a lograr en los años venideros”, concluyó.

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