Las gramíneas definen el campeonato agrícola
El maíz y el sorgo transitan su mejor campaña y una tendencia sostenida dentro del esquema productivo agrario del país.
Las gramíneas transitan su mejor campaña y una tendencia sostenida dentro del esquema productivo agrario del país. Es que “no estamos aflojando a esas 9 millones de hectáreas que se vienen sembrando y que todo indica que va a empezar una muy buena campaña. Se nota en la actitud de todos los actores involucrados en la cadena de los productores, y creo que estamos para más”, auguró Javier Preciado Patiño, subsecretario de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Según el funcionario, tanto desde el Ministerio como desde instituciones privadas sostienen que la campaña de maíz 2021 arrojará una gran cosecha. “La estimación oficial de Agricultura es de 60,5 millones de toneladas para todo tipo de uso, desde autoconsumo hasta quien comercializa para exportación. Ello además viene de la mano de unas sostenidas campañas de fina, básicamente de trigo y cebada, que están haciendo récords: estamos en 8,25 millones de hectáreas y aspirando a perforar ese techo de 20 millones de toneladas de trigo de producción”, destacó Patiño, y apostó a que “la Argentina está para 25 millones de toneladas y ser cada campaña un actor de mayor peso en el mercado global”.
El subsecretario observó la “brillante” performance de esta campaña 20/21, que en ventas al exterior da cuenta de 1,7 millón de toneladas de sorgo para embarcar, siendo que “veníamos de un promedio de 600 mil, 500 mil, y hasta 200 mil toneladas no hace muchos años. De allí que estamos frente a un cultivo que tiene una dinámica increíble ligada a la demanda internacional”, afirmó. En el caso del maíz, “también vemos un volumen de exportación previsto en 38,5 toneladas, un volumen importante y ya tenemos prácticamente 33 comprometidas”, comunicó, en el marco del coloquio TodoMaíz + Sorgo 2021, organizado días atrás por el grupo comunicacional cordobés TodoAgro.
Un dato a remarcar “y que tiene que ver con esa actitud positiva para adelante son las 4,2 millones de toneladas que ya están anotadas para la próxima campaña: todavía no se empezó a sembrar el maíz y ya estamos con esa cifra registrada desde la 21/22. Es un volumen del que no ha habido precedentes”, dijo el funcionario de la cartera agropecuaria y destacó el esfuerzo de los productores en cada campaña al “enterrar una inversión, que en caso de fina son u$s 3.500 millones, para hacer el grano que va a generar trabajo, divisas, valor agregado, y que ahora va a enterrar otra cantidad de plata muy superior para hacer el maíz”.
Para Patiño el esquema “va a andar todavía mejor porque hemos logrado dar las condiciones de previsibilidad para que el productor pueda encarar su campaña sabiendo que el Estado, el gobierno de Santa Fe, quieren que se produzca mucho, que se transforme y se exporte mucho, que se genere trabajo a través de la agregación de valor, que es el gran desafío (especialmente del maíz)”, lo cual “no es algo que se logra de una campaña para otra”.
Cadena virtuosa Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) y del Centro Exportador de Cereales (CEC) aportó la visión del sector privado en el coloquio sobre maíz y sorgo, destacando en principio el crecimiento significativo de las exportaciones agrícolas de un 127% entre 2017 y 2021, “la tasa de crecimiento más alta en cualquiera de los granos que la Argentina exporta, porque tenemos una gran demanda internacional. El país ha logrado también una cadena más virtuosa en materia de provisión de insumos, de semillas, un productor mucho más decidido hacia el sorgo también y un marcador internacional más activo, sobre todo el mercado chino, donde hemos podido ajustar los protocolos sanitarios para poder cumplir con esa demanda creciente. Esperamos poder seguir, y seguramente la cadena va a poder continuar reinvirtiendo en sorgo”.
En cuanto a maíz, también hay grandes noticias porque las exportaciones crecieron en volumen un 60% en las últimas tres campañas. “El año pasado terminamos en 27 millones de toneladas. Tenemos una previsión de oferta exportable de la Argentina este año de 38,5 millones de toneladas y ello podría ponernos claramente en el segundo lugar luego de Estados Unidos, teniendo en cuenta la situación climática y la mala campaña que está atravesando Brasil , a quien de hecho este año estamos abasteciendo en sus necesidades de maíz”, auspició el dirigente.
Idígoras aseguró que el mercado internacional para el maíz y el sorgo son promisorios, las expectativas de siembra y las proyecciones iniciales son auspiciosas tanto por los estudios que hace el Ministerio de Agricultura como por un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario y los análisis de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que indican que se estarían incrementando los niveles de producción y por lo tanto la oferta exportable.
“Empezamos el año con algunos dolores de cabeza. Recordemos que el 30 de diciembre al mediodía nos cerraron el registro de exportación de maíz. Sin embargo tuvimos una gran capacidad de reacción como cadena de valor. El Consejo Agroindustrial ese mismo día tomó contacto con el gobierno nacional, primero para quejarse, y segundo para plantearles hacer una mesa: en 48 horas ya habíamos creado la mesa intersectorial de maíz con todos los eslabones de la cadena de valor donde están los proveedores de insumos, todas las entidades de productores, acopiadores, corredores, la industria avícola, la porcina, la de feed lot, justamente varios de ellos tenían dificultades para acceder al maíz”.
Una semana después se logró levantar la suspensión del registro y establecer una serie de lineamientos bajo el objetivo de lograr capacidad exportadora, mayor producción y abastecimiento del mercado interno. “Estas son las tres variables a trabajar habitualmente, por lo que creo que la cadena está madurando, me parece que va por el buen camino.
Demanda y reputación Los mercados internacionales siguen demandantes pero también cambian el tipo de demandas. En ese sentido, “tenemos que prestar mucha atención a los planteos tecnológicos que estamos haciendo en la producción de maíz. El tema de los residuos, de los límites máximos, hay una medición a la baja de las moléculas particularmente post cosechas que generan después detecciones positivas en países que hoy han abandonado determinadas moléculas, o han bajado sustancialmente los límites máximos de residuos”, advirtió Idígoras e hizo un llamamiento a “trabajar fuertemente en estos programas de buenas prácticas no sólo agrícolas sino de uso de fitosanitarios, sobre todo particularmente poscosecha, porque claramente son aquellos que tienen mayor potencial de detección a la hora de llegar a los puertos de destino”.
Es que “cada vez que un barco argentino es detectado, el que pierde no es solamente el exportador sino el origen, el argentino. Estamos en una lista negra. En ese mercado, el maíz argentino comienza a valer menos, todos los importadores a nivel mundial empiezan a tomar conciencia de lo que está pasando en Argentina, entonces tenemos que proteger la inocuidad, la sanidad, pero también la reputación y credibilidad”, observó.
Por otro lado, Idígoras hizo hincapié en los requerimientos ambientales que crecen fuertemente desde el exterior. “Todos los países del mundo van a tratar de establecer nuevos patrones de cómo producir alimentos en los próximos años. La Unión Europea, países africanos, algunos asiáticos como Japón, dicen que tenemos que producir de manera más ecológica. Básicamente, proponen reducir un 50% el uso de agroquímicos, utilizar bioinsumos, e ir hacia una producción más ecológica”, detalló.
“Por supuesto que es un absurdo plantear esto en términos de seguridad alimentaria. Tenemos que lidiar, luchar con eso. Pero por otro lado tenemos que entender que necesariamente debemos adoptar prácticas ambientales en todos nuestros procesos productivos y certificados. Es así como se ha lanzado el año pasado el programa argentino Carbono Neutro, administrado por todas las bolsas de cereales del país y la bolsa de comercio de rosario, y ya se está trabajando en la mesa nacional de maíz y sorgo”, añadió.
El estudio está a cargo del Inta para diseñar el manual de buenas prácticas ambientales en toda la cadena de valor y el primer manual de calculo de emisiones de balance de carbono, teniendo en cuenta la capacidad de secuestro de carbono que tienen los cultivos, para posicionar a la argentina en este nuevo desafío que es el carbono neutro y los mercados de carbono neutro en los próximos años.
Por lo tanto, “tenemos desafíos, tenemos muchas capacidad de respuesta. Argentina es potencia mundial en maíz y va a seguir creciendo, más allá de agregar valor en Argentina, que estamos todos de acuerdo con transformar las proteínas animales, va a seguir creciendo y va a ser una gran potencia, así que en ese sentido auguro un excelente”, concluyó el presidente de Ciara y CEC.
Agroclave
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