Otro saldo negativo de la sequía: una oferta restringida de hacienda en 2022/23
Un nuevo informe elaborado por el Rosgan pinta el escenario ganadero para el próximo par de ciclos, luego del paso de la sequía 2021/22.
En el “análisis de la semana” que publica el Rosario Ganadero (Rosgan), el mercado de hacienda de la Bolsa de Comercio de Rosario, trazó los primeros análisis y el resultado del paso que la gran seca y la ola de calor hicieron sobre la ganadería argentina.
El mapa ganadero actual, que analizó la experta en el mercado ganadero María Julia Aiassa, ha pasado de una sequía uniforme en todo el territorio a mostrar excesos hídricos en una amplia zona del oeste invernador, así como en sectores del centro de Entre Ríos.
Mientras tanto, la falta de lluvias significativas sigue golpeando a gran parte del NEA, que apenas ha recibido incipientes lluvias hacia fines de la semana pasada. Todas zonas ganaderas, muy afectadas. A pesar del cambio, dice Aiassa, el daño sobre las ganaderías está hecho y se verá reflejado en los meses venideros, tanto en el mediano como en el largo plazo.
Haciendo números, agrega la analista, por cada punto que se pierda en la preñez este ciclo, sobre el actual stock de vacas, implica unos 230.000 terneros menos. En concreto, “el saldo que dejen estos servicios y pariciones 2022, recién se verá plasmado en una menor oferta de ganado en el 2023, pero la caída sin lugar a dudas es inevitable“.
De acuerdo a lo que analiza Aiassa, como sucede en todas las secas, muy probablemente se verá un mayor volumen de oferta; más invernada liviana y más vaca flaca saliendo de los campos. En el caso de la vaca, este año, encuentra un mercado de exportación liberado y ávido por hacerse de esta mercadería.
Invernada A partir de la seca, distinta es la suerte que corre la invernada, respecto al negocio de la vaca a China.
Es probable que, a partir de febrero y marzo, las zonas más afectadas -especialmente aquellas que necesitan imperiosamente aliviar a las vacas en lactancia- comiencen a desprenderse anticipadamente de los terneros.
Sucede, por su parte, que el feedlot, tiene por delante nuevamente un año muy adverso en materia de costos de alimentación. Cabe considerar que, de acuerdo a datos de la misma Bolsa rosarina, este cico la producción ya se resintió en 8 millones de toneladas de perdida (de 56 millones de toneladas estimadas a 48 millones).
Hoy el feedlot, si bien ha logrado reponer más hacienda durante diciembre y durante enero siguió trabajando con buenos índices de ocupación, los números continúan siendo negativos. A los valores actuales, dice el informe, el precio del gordo debería corregir entre un 8% y un 10% para nivelar los números.
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