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Solo una persona renunció a cobrar las compensaciones a los productores de soja

Solo una persona renunció a cobrar las compensaciones a los chacareros por la suba de las retenciones a la soja, que el Ministerio de Agricultura comenzará a depositar mañana por la noche en las cuentas bancarias de varios miles de productores, comenzando por los que son clientes del Banco Nación.


El hallazgo periodístico del periodista Matías Longoni, del sitio de noticias Bichos del Campo, corrió como debía ser, a toda velocidad en Internet.


Esta suerte de segmentación fue la gran promesa que hizo el ministro Luis Basterra y al final pudo cumplirla antes de que finalice el año. También aportan que este viernes empezarán a cobrar los productores que vendieron su cosecha hasta el 30 de septiembre. Con el recorte de los beneficiarios que hizo el gobierno (productores de hasta 400 hectáreas de soja sembradas y hasta 20 millones de pesos de facturación), el dinero llegará automáticamente a unos 38.000 CBU.


Serán 6.754 millones de pesos los que se pagarán este fin de semana, correspondientes a 5,8 millones de toneladas de soja. El promedio a compensar por tonelada es de unos 1.180 pesos. Es poco dinero respecto de más de 100 dólares que el productor deja en las arcas del fisco cuando vende su soja y se le descuentan las retenciones. Pero cierto es también que nunca antes se ha visto un operativo de devolución de dinero del Estado a los productores por estos montos.


Basterra, que cumplió así con le devolución de retenciones que le había impuesto el Congreso al Poder Ejecutivo en diciembre de 2019, al aprobar la Ley de Emergencia Económica que incluía una suba de tres puntos en las retenciones a la soja (del 30 al 33%), dictó la semana pasada una segunda resolución vinculada a este sistema. Esta norma permitía a los productores que quisieran renunciar al beneficio hacerlo en un lapso de 48 horas, que ya concluyó. De todos modos, quienes reciban el dinero y quieran devolverlo al fisco tendrán tiempo hasta el 31 de diciembre para hacerlo.


“Otórgase un plazo de dos días hábiles administrativos para que las y los productores beneficiarios renuncien a las compensaciones y su consiguiente pago en el marco del Programa de Compensación y Estímulo”, definía el primer artículo de la Resolución 243/2020, firmada por el propio Basterra el 3 de diciembre.


Esta vía de escape o de fuga se planteó como respuesta oficial a un pequeño debate que se produjo en los medios y entre los dirigentes agropecuarios: el dilema entre algunos ruralistas era cómo iban a cobrar esos dineros públicos luego de haber sido tan críticos siempre con la suba de las retenciones a la soja y con la aplicación de este esquema de compensaciones. En rigor, solo la Federación Agraria se había manifestado a favor de esta política para diferencias grandes de pequeños. También grupos opositores de esa entidad, como Bases Federadas, bregaron por crear un mecanismo de ese tipo.


En el dilema se encontraban algunos dirigentes históricos de la Mesa de Enlace que enfrentó al gobierno de Cristina Kirchner en el conflicto de 2008, como el ex presidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, y su par de CRA, Mario Llambías, que figuraban en la extensa lista de 38 mil beneficiarios. Pero también en esa nómina había gremialistas del campo actualmente en actividad, como el presidente de CRA, Jorge Chemes.


El portal Infobae incluso llegó a consultar a Chemes por este controversial asunto. “Desde CRA nos hemos manifestado en contra de este sistema de segmentación. Nos negamos a aceptarlo. El Gobierno lo decidió y lo ha aplicado en una situación que nos obliga a entrar en forma compulsiva, ya que no hay que llenar ningún formulario, sino que uno si está encuadrado inmediatamente ingresa al sistema. Es incómodo y a uno lo hace sentir mal, porque la situación es discriminatoria”, sostuvo ese dirigente.


Pero con el mecanismo de renuncia habilitado y visible en la página web del Ministerio de Agricultura, ningún dirigentes que ocupa cargos en las entidades agropecuarias renunció al beneficio. En las oficinas encargadas de seguir ese trámite se mostraban sorprendidos porque una sola persona había decidido renunciar a cobrar el dinero que le correspondía, unos nada despreciables 200 mil pesos.


Era solo uno entre 38.000. ¿Quién sería?



Fuente: Bichos del Campo

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